En esta tierra seca,
todos los elementos mandan
menos ella misma.
Como
lobos en la helada estepa,
viajamos
juntos y solos.
Sólo hay
páramos
en muchos
corazones a la redonda.
Los
linces murmuran a rayas
entre los
arbustos helados.
Mahler se
muere en cada nota
que suena
en esta extraña tierra.
Suena la radio.
Hace rato
que duermo.
Y tú
continuas cruzando el desierto
de mis
sueños entre cristales de niebla.
Un águila
ensancha el aire
con su
vuelo de alma sola.
La
elocuencia de las alas
dibuja
enigmas en el cielo,
y los
gatos descifran los sueños
de la muerte
de los ciervos.
El
corazón de Van Gogh
late
entre las espigas
y aún
llora por la luz:
sangre amarilla
de Van Gogh.
Fuego:
En el
asfalto echan raíces
espejismos
cálidos:
Los lobos
corren hacia nosotros.
Han
nacido del calor
y corren
entre brumas y velos
de
irrealidades cegadoras.
El denso asfalto se los come,
mientras
ríen graves las sombras
de cuatro
árboles negros.
El
Infierno suena como los grillos.
Los
demonios maldicen de noche
mientras
comen uvas robadas.
Agua:
El agua gesta
sus misterios
bajo el
suelo de las ciudades.
Hay
secretos de agua en cada paso.
Agua
silenciosa y oscura,
hondo
útero en la tierra.
Cascadas quietas,
placenta en las cuevas,
pueblos
flotantes en un paisaje invertido.
A veces,
el páramo es verde:
es la
rebelión del agua.
Los lagos
han invadido la tierra
y las
aves traen laureles
para
celebrar los mares.
Aire:
La cúpula
del cielo engendró
el
infinito sobre el infinito,
alterando
la geometría y los deseos.
El cielo
compuso una esfera
alrededor
de los caminos.
Y he
visto el cielo en los arcenes.
He visto
el cielo en las aceras.
He visto
en cielo en la hierba.
Puedo
decirlo:
He visto el cielo.
Los lobos
aúllan felices a nuestro paso.
Nuestra
piel huele a su piel.
Nos han
hecho suyos
en este
viaje estepario.
Hace
tiempo que nos creció
La radio
anuncia más frío.
El aire
lloverá sin agua.
El agua
huirá bajo la tierra,
y la
tierra morirá amarilla
bajo un
cielo imponente.
El viaje
continúa....