Siéntate, mira a la gente y disfruta de su compañía. Pasó el tiempo de las grandes personalidades. Ahora es momento de conceder a las personas el tiempo y la mirada que merecen.
En el Velador miramos a las personas sin prisa, sin filtros, sin prejuicios: los individuos son tal y como ellos mismos se presentan.
Ármate de indulgencia y atrévete a visitar los bajos fondos de ti mismo. A lo mejor tus sombras y tus sueños no son tan malos como piensas. Visita el cuarto con luz roja donde se revelan tus temores imaginarios. Un Velador al aire libre es buen sitio para detenerse y hablar....
Además, es mejor que asumas dos cosas: que el sótano en el que guardas los secretos es transparente y que los demás ya te queremos así.
Otra cosa, aquí se permiten perros.
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