miércoles, 30 de diciembre de 2015

El año del Gato

                 
A mediados de Enero llevamos nuestros gatos a la ermita de San Antón para que recibieran las bendiciones del santo y los alejara de todo mal. Pero los gatos rehusaron las jaculatorias y procedieron a bendecir ellos mismos a la concurrencia con su mirada y su divina indiferencia. Apenas diez días antes dos hombres mataron en París a doce periodistas del semanario Charlie Hebdo. El año empezaba mal porque la libertad de expresión sangraba en Europa. Los opinadores, comentaristas, columnistas y tertulianos tenían que decir algo importante y original pero las palabras se volvieron pequeñas, sin estatura, delgadas y etéreas ante el peso de la muerte. Por cierto, que según contaban quienes gustan de las noticias de la muerte, en Marzo aparecieron los presuntos huesos de Miguel de Cervantes tiritando de anonimato en la cripta de un convento de Madrid. Los gatos que andaban por allí cambiaron su postura mostrando su ilustre lomo a las autoridades que asistieron a la rueda de prensa.

Doscientas noventa y tres mujeres y niñas fueron rescatadas en Abril. Se encontraban secuestradas en Nigeria por Boko Haram. Abril es un buen mes para devolver libertades a mujeres y niñas, si es que alguna vez tuvieron libertad estas mujeres y niñas nigerianas. Estas niñas liberadas  no son aquellas niñas a las que filmaron cubiertas con mantos grises entonando letanías y que también fueron secuestradas por el mismo grupo. Los gatos lloran junto a las madres de aquellas niñas. Pocos sonidos hay más sobrecogedores y angustiosos que el llanto de un gato. 

En Julio, poco después de celebrar la noche de San Juan, la nave New Horizons llegó a Plutón. Este verano las ciudades han mirado al cielo para ver las Perseidas en Agosto y  un eclipse lunar en Septiembre. Cualquier cosa brillante que hicieran las estrellas y su parentela era bien acogida por esta Europa tan cansada como una mecedora vieja. Con los ojos mirando los colores del cielo, la gente esperaba dos noches antes de la Luna nueva porque las lágrimas de San Lorenzo se aprecian mejor con poca luz. Los gatos saltaban por las escaleras más extrañas en las noches de este verano.

Hacia Noviembre la muerte violenta volvía a París y cuentan algunos astrónomos sin alergia al romanticismo que la Luna no se ha vuelto Nueva desde entonces. Sea como fuere y sin saber muy bien por qué, la gente continua comiendo reunida con más gente y los amigos siguen llamándose por teléfono o felicitándose el cumpleaños. Es Diciembre y aquí la gente vive aún sin Gobierno. Y es que a veces parece que los Gobiernos no entienden que la gente vive en paz por su soberana voluntad de vivir en paz. Parece que la gente duerme en paz sin Gobierno porque realmente no hacen falta ciertos gobiernos. Es un silencio armónico y social imperceptible para quienes aúllan en los púlpitos. Un silencio solo comprensible para los gatos.



                    

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